La quinua es uno de los alimentos más conocidos en América del Sur, especialmente en Perú y Bolivia, países productores de este grano andino. El consumo de la quinua aporta proteínas y aminoácidos esenciales para el ser humano. Esto lo convierte en un alimento muy completo y de fácil digestión.
El llamado también “grano de los incas” se han convertido en un aliado clave en una alimentación balanceada para combatir el frío y reforzar nuestro sistema inmune. Por lo que se recomienda que deben consumirse con mayor frecuencia en otoño e invierno.
Y, es que el habitual consumo de la quinua potencia y ayuda a construir las defensas de nuestro organismo frente al covid-19. Además de otras infecciones causadas por el descenso de la temperatura y que ponen en riesgo nuestra salud.
Cabe señalar que, en comparación con los cereales tradicionales, la quinoa posee una riqueza energética y mineral. La quinua se distingue como un alimento muy completo y adecuado para todas las edades, ya que es de uso versátil en la cocina tanto en postres y platos salados.
Usos de la quinua
Tradicionalmente, los granos de quinoa se tuestan y con ellos se produce harina. Aunque, también pueden ser cocidos, añadidos a las sopas, usados como cereales o pastas e incluso se fermentan para obtener chicha (bebida tradicional de los Andes).
Por otro lado, también funciona como una planta medicinal ancestral. Entre sus usos más frecuentes se pueden mencionar el tratamiento de abscesos, hemorragias, luxaciones y cosmética. Además, sirve para tratar la ansiedad, diabetes, osteoporosis y migraña, entre otras dolencias.
Sabías que el consumo de la quinua…
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) consideró a la quinua como uno de los cultivos destinados a ofrecer seguridad alimentaria en los próximos siglos debido a su alto valor nutricional y su facilidad de cultivo.
Pues, este grano tiene una amplia variabilidad genética que le permite adaptarse a diversos ambientes ecológicos (valles interandinos, altiplano, salares, a nivel del mar), con diferentes condiciones de humedad y altitud, y es capaz de hacer frente a cambios de temperatura (desde los 8 grados bajo cero hasta los sofocantes 38° C).