El Comercio Justo como estrategia de desarrollo cuenta entre sus criterios de certificación con la igualdad de trato entre hombres y mujeres. De esta forma busca reducir y erradicar las brechas de desigualdad. Las organizaciones que pertenecen a este movimiento no discriminan en la contratación, remuneración, acceso a la capacitación, promoción, terminación o jubilación. Todo ello por motivos de la raza, casta, origen, religión, discapacidad, género, orientación sexual, afiliación sindical, afiliación política, HIV/Sida, estatus o edad.
Las organizaciones proporcionan oportunidades para las mujeres y los hombres para desarrollar sus habilidades. Asimismo, fomentan activamente las solicitudes de las mujeres para puestos de trabajo y para los cargos de liderazgo en la organización.
Por otro lado, las organizaciones toman en cuenta las necesidades especiales de salud y seguridad de las mujeres embarazas y madres en periodo de lactancia. Las mujeres participan plenamente en las decisiones concernientes al uso de los beneficios resultantes del proceso de producción.
De igual manera, las organizaciones respetan el derecho de todos los empleados a formar asociaciones y afiliarse a sindicatos de su elección y a negociar colectivamente. Cuando el derecho a afiliarse a sindicatos y la negociación colectiva está restringido por la ley y/o el medio ambiente político, la organización permitirá medios de asociación independiente y libre y la negociación para los empleados.
También, las organizaciones aseguran que los representantes de los empleados no son objeto de discriminación en el lugar de trabajo. Las organizaciones que trabajan directamente con los productores aseguran que las mujeres siempre sean retribuidas por su contribución al proceso de producción. Además, cuando las mujeres hacen el mismo trabajo que los hombres se les paga con la misma tarifa que a los hombres.
Finalmente, las organizaciones buscan garantizar que, en situaciones de producción donde se valora menos el trabajo femenino que el trabajo de los hombres, los trabajos de las mujeres sean revaloradas para igualar las tarifas de remuneración y a las mujeres se les permita llevar a cabo trabajos de acuerdo a sus capacidades.
Nuestro compromiso
ASPAGRO tiene un claro compromiso con el Comercio Justo y con ese enfoque, en el marco del séptimo principio, “Igualdad de Trato”, garantiza los siguientes criterios:
- No existe diferencia salarial entre sexo, edad, religión, pertenencia política, etnia y/o condición social.
- Existe posibilidad de acceso a servicios de capacitación sin discriminación.
- Existen las mismas oportunidades de ascensos dentro de la empresa sin discriminación.
- Implementa, gestiona y ejecuta un plan de capacitación en liderazgo para las mujeres.