«Yo crecí en el campo y he trabajado allí desde la adolescencia. Sin embargo, por un tiempo me alejé del campo buscando otras alternativas de ingreso para mantener a mi familia. Mi esposa y yo tuvimos a nuestra primera hija muy jóvenes: a los 17 años. Por ello, terminamos nuestros estudios secundarios con muchas complicaciones debido a las responsabilidades que trae consigo ser padres.»
«Inicié mis primeros trabajos como conductor de combi, conductor de camión, hasta vendedor de queso. Más adelante, mi esposa y nos fuimos por la ruta del emprendimiento e inauguramos nuestra piscigranja de truchas. Tristemente, algún malintencionado se encargó de que el negocio no prosperara; ya que envenenaron a todas nuestras truchas en medio de la noche y lo perdimos todo. Tras aquello, hicimos un gran esfuerzo para obtener un préstamo para iniciar un nuevo negocio, pero, lamentablemente, fuimos estafados. Con la poca esperanza que nos quedaba, en medio del boom de la quinua decidimos dedicarnos nuevamente a la agricultura.»